viernes, 14 de octubre de 2011

Entre diluvios


Sólo cuando afloja la canilla gorda
se intelige la ciudad.
Algunos, atrapados debajo de los cartelones
por los llantos de arriba
siguen su marcha regular.
El mayoral sale a la lleca,
y así voy yo también,
para ver el verde
de los pastos más verdes,
los grises de los tiempos más grises.
Sólo cuando afloja el redoblante acuoso,
caminan rarezas,
cual palomas blancas.
Me acompañan amigas,
sienten como el poeta
entre dos precipitaciones.
Mis delicadezas a veces
se venden por espejitos españoles,
cuando yo sólo quiero agua.
El ojo del huracán observa.
Los arco iris de cloro
corren bárbaros
por las plazas sin gente
(los vagabundos no cuentan).
Un avión pasa cercano
y el aura negra de una calefacción
presagia desastres emocionales.
Ya viene la tormenta
y antes de que me parta un rayo
en forma de mujer,
se me revela que las cosas
deberían ser más simples.
Texto: Francisco Castellano
Imagen:Omara Cappa

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