Desde el blues de este boleto de tren
hasta el temor afilado de las fuentes infalibles,
desde el incienso de madera quemada trinando el aire
hasta la textura masticable de una hoja que cae.
Desde el bramido del hambre, la sed y la avaricia
hasta el ronroneo de los motores y las maquinarias.
Pero también aquí, bajo los puentes,
en la llama de un barril oxidado,
en el fuego crepitando la madera,
en personas de gamulán sucio
Huyéndole al frío de la noche,
donde la esperanza juega con la corteza de lo cotidiano.
Acá también las personas bostezan y se enamoran de lo ajeno.
Acá también La ciudad florece.
Texto: Juan Oliveira
No hay comentarios:
Publicar un comentario