_ ¡Fuiiira!_
El traqueteo y los cascos galopando,
El cemento va de abajo para arriba,
Y por ahí, cortes, heridas de verdes,
Helechos en las terrazas,
Árbol bailando extasiado
Entre los ojos del viento
Y la que limpia desequilibrada
Pedazos de nada, objetos
Que te los tira al paso,
Con esa escoba que ya es
Casi sus manos,
Y esquivas polvo, papelitos,
Volantes y envoltorios,
Y todo está lleno de lo humano
¡Qué aburrido se torna!
Todo para el hombre.
Todo es brazos, piernas,
Maniquíes asfixiados
En la vidriera, manos, pies,
Tableta de pastillas
Sonriéndole al charco,
Los fideos vegetarianos
Puestos para el perro rengo
Con paragolpe incrustado
En esa calle, nena que acaricia
Una flor pomposa y amarilla,
Viejo sin una pata
Que resbala con el olor
Asqueroso de la limpieza
Química de las empleadas,
Y torsos y cabezas, dos ojos
Que saludan, que aplauden,
Detrás del pestaneo, un mundo,
Otro, un multiverso de colores,
Continuo aleteo,
Nunca puedo alejarme,
Desde los peces, los pájaros,
Nadie se salva,
Todos andamos,
Maquinitas absurdas, sin porqués,
Sin nada, y nos conformamos
Con que tan bello es,
Tan placentero a veces,
Y dos orejas,
Dos orificios nasales,
De todo rescatás algo,
Lo que hay que hacer es hacer,
Y aunque cueste y el letargo
Pueda ser más sed de ser,
Dos labios, una boca, 32 dientes,
La calle está silenciosa
De voces de gente,
La alarma de un coche
Que me repercute
Aún luego de una cuadra,
Las velocidades ruidosas
Y ni el perro ladra
Acostumbrado a la sin sueños,
Sin nada nuevo,
Es tan difícil encontrar el reino.
Texto:Gustavo Ramos
imagen:Leandro Cepeda
imagen:Leandro Cepeda
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